Cuando hablamos de los niños y niñas, hablamos también de futuros adultos, por lo que tenemos que preocuparnos por acompañar a niños y niñas emocionalmente sanos.
La Disciplina Positiva es un modelo educativo que nos ayuda a entender el comportamiento de los niños y a guiarles de forma positiva, afectiva, pero firme y respetuosa tanto para el niño como para el adulto.
Este enfoque no se basa ni en el control excesivo ni en la permisividad, sino en el respeto mutuo y la colaboración, que nos permitirán enseñar al niño competencias básicas para la vida.